Según informaron este viernes Caja España y Caja Duero, la entidad resultante de la fusión trabaja ya en la puesta en marcha de la nueva operativa común durante el periodo de transición, hasta que la integración informática resuelva las cuestiones técnicas para unificar todas las actuaciones.

Las dos entidades señalarón que "uno de los objetivos de la fusión es ofrecer a los casi 2,5 millones de clientes de ambas redes un mejor servicio, con productos financieros más atractivos y construyendo una entidad más rentable y más eficiente".

También comunicaron que "en estos momentos los clientes no tienen que realizar ningún cambio. Si más adelante fuera necesario alguno, la Caja se encargaría de comunicarlo. Por ejemplo, las libretas y tarjetas seguirán siendo las mismas".

Asimismo, durante el periodo de transición, en el que convivirán las oficinas con las dos marcas, los clientes podrán realizar operaciones de forma indistinta y sin coste.

Por último, advirtieron de que, en un primer momento, algunas operaciones deberán seguir realizándose en las oficinas de la entidad con la que se venía trabajando habitualmente, como la actualización de una libreta en una oficina de la otra marca, cancelar una cuenta en una sucursal de distinta red, consultar los movimientos en los cajeros de la otra Caja, o cancelar un préstamo.