En el acto, en que también intervinieron el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y los dos máximos responsables de la Escuela, el Rey mencionó la disciplina, la formación y la vocación que se requieren para convertirse en diplomático, y aseguró que basta con mirar a los ojos de los nuevos diplomáticos para ver la "satisfacción" y el "orgullo" que les causa la "exigente" profesión que han elegido y el compromiso de servir a España y especialmente a los compatriotas que viven en el exterior.

En ese sentido, les instó a promover y defender los intereses de España y a difundir su riqueza cultural en un mundo en el que la diplomacia es un "instrumento imprescindible" para la seguridad y el bienestar de las naciones. "Mucho es lo que España se juega a diario", afirmó, en un escenario mundial que calificó de "complejo" e "impredecible".

El monarca hizo también referencia al nuevo Servicio Europeo de Acción Exterior y a que su puesta en marcha haya tenido lugar durante la Presidencia española de la UE. Este Servicio, indicó, "habrá de contar con un creciente número de diplomáticos", muchos de los cuales serán españoles. En esta línea, insistió en la necesidad de ir actualizando la formación y los conocimientos personales que exige esta profesión.

Don Juan Carlos rogó a los nuevos diplomáticos que atiendan "con esmero" sus tareas y cultiven su "profesionalidad", que, aseguró, es "una de las características que distinguen a los países más avanzados". No obstante, mostró su "plena confianza" en que sabrán "corresponder" a la "importante responsabilidad" a la que se enfrentan.