Casi mil millones de personas sufren hambre crónica

- La FAO ve el hambre como "inaceptable" y "el mayor escándalo del mundo" porque mata a un niño cada seis segundos

- China e India concentran a más de un 40% de los hambrientos del mundo

MADRID
SERVIMEDIA

Alrededor de 925 millones de personas sufrirán hambre crónica este año, lo que supone 98 millones menos y una reducción del 9,6% respecto de los 1.203 millones que pasaban apuros para comer en 2009, cuando se superó por primera vez en la historia la barrera de los 1.000 millones.

Las dos agencias de la ONU especializadas en alimentación, es decir, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), dieron a conocer este martes la nueva cifra sobre el hambre global, como avance del informe anual "El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo 2010", que se hará público el próximo mes de octubre.

Además, este dato se ha conocido antes de que la próxima semana, entre el 20 y el 22 de septiembre, se celebre en Nueva York (Estados Unidos) una cumbre de revisión de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), el primero de los cuales es reducir a la mitad el porcentaje de personas hambrientas en 2015, respecto a los niveles de 1990.

La reducción del hambre se concentra en su mayor parte en Asia, donde unos 80 millones de personas habrán dejado de sufrir hambre este año, en tanto que uno de cada tres africanos continúa estando desnutrido.

Dos tercios de las personas desnutridas en el mundo se concentran en siete países (Bangladesh, China, República Democrática del Congo, Etiopía, India, Indonesia y Pakistán), especialmente en India y China, que agrupan a más de un 40% de los hambrientos.

Asia y Oceanía continúa siendo la región con más personas con dificultades para comer (578 millones), si bien la proporción de desnutridos más elevada sigue dándose en África subsahariana, con un 30% de la población (239 millones).

Como nota positiva, Armenia, Myanmar y Vietnam (Asia), así como Guyana, Jamaica y Nicaragua (América) han alcanzado ya el primer ODM, en tanto que China y Brasil se acercan a este objetivo.

El director general de la FAO, Jacques Diouf, consideró "absolutamente inaceptable" la nueva cifra, a pesar de los avances. "Con un niño que muere cada seis segundos, el hambre sigue siendo la más profunda tragedia y el mayor escándalo del mundo", añadió.

Además, Diouf recordó que la permanencia de un elevado nivel de hambre en el mundo "pone en grave riesgo" el cumplimiento del primer ODM y la recomendación de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación celebrada en 1996 de rebajar el número de hambrientos a unos 400 millones.

"Estamos lejos de alcanzar ambas metas", advirtió Diof, al tiempo que señaló que si persisten los recientes aumentos de los precios alimentarios pueden perjudicar los esfuerzos para nuevas reducciones en la cifra de personas hambrientas en el mundo.

Por su parte, la directora ejecutiva del PMA, Josette Sheeran, valoró "la actuación enérgica y urgente" de los países para "detener la escalada" de hambrientos.

CRISIS Y PRECIOS

La FAO apuntó que el descenso del hambre se debe al renovado crecimiento económico previsto para este año, en particular en los países en desarrollo, y el descenso de los precios alimentarios desde 2008.

Sin embargo, subrayó que el reciente alza de precios de los alimentos puede obstaculizar una mayor reducción del hambre y precisó que, a cinco años de finalizar el plazo para reducir el porcentaje de personas hambrientas desde el 20% al 10% en 2015 respecto a los niveles de 1990, este porcentaje se sitúa actualmente en el 16%.

Además, una Cumbre Mundial sobre la Alimentación celebrada en 1996 fijó la meta de reducir a la mitad la cifra de hambrientos, desde los 800 millones de 1990 hasta los 400 de 2015, pero alcanzar este objetivo supondría rebajar este número de personas en más de 500 millones en los próximos cinco años.

Para la FAO, el hecho de que históricamente la cifra de personas desnutridas continúe incrementándose incluso en períodos de elevado crecimiento económico y precios bajos indica que el hambre es un problema estructural, por lo que consideró que el crecimiento económico no será suficiente para eliminar el hambre en un plazo de tiempo aceptable.

(SERVIMEDIA)
14 Sep 2010
MGR/gja