"Con esta decisión, el Gobierno alemán ha dejado claro que la energía nuclear seguirá siendo necesaria durante algún tiempo como uno de los principales pilares de nuestra política energética", declaró el director ejecutivo de la energética alemana, Johannes Teyssen.

A su juicio, este compromiso permitirá que la energía nuclear sea más asequible, segura en su suministro y contribuirá a la protección del medio ambiente.

La empresa dejó clara su intención de seguir avanzando en la ampliación de las energías renovables en Alemania y a nivel internacional, y esperó reducir las emisiones de carbono procedentes de la generación de energía en un 50% para cada kilovatio por hora (kWh) hasta 2030.

Considera, en este sentido, que "la ampliación acordada de la vida útil de las plantas nucleares libres de carbono, así como nuestra inversión en energías renovables, harán posible lograr el ambicioso objetivo de proteger el medio ambiente".

La decisión del Gobierno alemán significa que las vidas útiles de las plantas de energía nuclear de E.ON Isar 1 y Unterweser se verán ampliadas a ocho años cada una y, en el caso de las de Grafenrheinfeld, Grohnde, Brokdorf e Isar 2, la prórroga alcanzará los 14 años.

Los distintos períodos de ampliación para las antiguas y nuevas plantas "fueron una decisión política que los operadores tuvieron que aceptar", declaró Teyssen. "No existe justificación técnica alguna para esta decisión porque, a pesar de su antigüedad, todas las plantas cumplen con los mismos rigurosos estándares de seguridad", añadió.

Para el responsable de la eléctrica, "la ampliación media de la vida útil de 12 años constituía un reto considerable puesto que era un período demasiado breve de tiempo para permitir que la función de puente de la energía nuclear pudiese utilizarse de manera óptima. Lo que se necesita son esfuerzos adicionales desde todos los ámbitos para construir un puente estable hacia el futuro energético de Alemania".

IMPUESTOS

Teyssen señaló que, al tiempo que se proporciona un marco legal fiable, el compromiso de la energía nuclear comporta también gastos económicos considerables.

De hecho, dicho compromiso comportará considerables cargas económicas a E.ON en forma de impuestos y gravámenes. Las implicaciones concretas todavía deberán ser sometidas a examen para cada una de las plantas.

El fondo previsto en el que los operadores de las plantas de energía nuclear tendrían que abonar algunos de los ingresos extraordinarios, "podría desempeñar un papel importante y ayudar a acelerar el proceso de reestructuración de la producción energética", consideró.

Aunque la carga tributaria para el impuesto de combustible nuclear sea un poco más baja de lo que se había estimado en un principio, el impuesto tiene que abonarse durante seis años en lugar de cuatro. Además, dicho impuesto también se aplica a las cantidades residuales existentes. Por otra parte, existen gastos permanentes que se abonan a un fondo para promover las energías renovables.

"En general, el Gobierno ha apretado bastante las tuercas y se quedará la mayor parte de los beneficios que se generen. Los efectos concretos y las consecuencias empresariales de esta decisión política todavía precisan de un análisis detallado", señaló.