Señaló que el hecho de que la llamada del Rey, “ajustada al papel constitucional”, se haya producido como consecuencia de la entrevista entre el monarca y el presidente del Gobierno en el Palacio de Marivent, demuestra la “doble vara de medir” que utiliza el Ejecutivo en sus relaciones con el país magrebí.

En este sentido, señaló que casos como el de la activista subsahariana Aminatou Haidar no han provocado una intervención diplomática “al máximo nivel” que, sin embargo, sí ha merecido una cuestión que, a juicio de Llamazares, se reduce a un “malentendido” con Marruecos y que se hubiera podido “solventar” a través del Ministerio de Asuntos Exteriores.

“La política del Gobierno hacia Marruecos es una política contradictoria, porque prima solucionar un malentendido al máximo nivel a defender el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación o defender una cuestión de derechos humanos, como fue el caso de Aminatou Haidar”, dijo el también portavoz del Grupo Parlamentario de ERC-IU-ICV en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados.