Esta agencia de la ONU indicó que la catástrofe afecta actualmente a cerca de 13,8 millones de damnificados directos y la cifra está subiendo, ya que la devastación causada por las inundaciones en el norte y el centro de Pakistán se puede intensificar conforme avanza hacia el sur.

Además, señaló que unas 700.000 hectáreas de cultivos están sumergidas en el agua y la cosecha de trigo para el próximo otoño corre peligro, así como que han muerto decenas de miles de animales y muchos de los que sobreviven carecen de piensos para alimentarse.

David Doolan, encargado de las operaciones de la FAO en Pakistán, afirmó que "la mayor parte de los cultivos en pie y el ganado se perdieron. Las consecuencias para la seguridad alimentaria de la población local son graves porque los precios de los alimentos ya comenzaron a subir mucho".

En este sentido, apuntó que los medios de subsistencia del 80% de la población afectada dependen de la agricultura y que la "prioridad inmediata" de la FAO es "asegurar que no se muera el ganado superviviente".

"Es apremiante contar con piensos y los suministros veterinarios indispensables para evitar que el ganado muera de hambre o por enfermedades. La importancia del ganado en la economía local es enorme, no sólo porque proporciona alimentos y fuerza de tiro, sino que también muchas veces constituye todos los ahorros de las familias", explicó.

Por ello, el grupo de organizaciones internacionales especializadas en agricultura, dirigido por la FAO, pidió este miércoles unos 5,7 millones de dólares (casi 4,4 millones de euros) para poner en marcha actividades urgentes de apoyo al ganado de Pakistán.

La FAO ya movilizó 1,6 millones de dólares (1,2 millones de euros) para subsanar las necesidades inmediatas antes de la próxima temporada de siembra y atender a unas 25.000 familias con el reparto de insumos, como semillas, aperos y fertilizantes.