Así se desprende de la II Encuesta del Observatorio Inverco dada a conocer hoy sobre la estrategia de sostenibilidad de las gestoras de fondos que operan en España, en la que han participado gestoras que representan más del 80% del patrimonio total invertido en fondos de inversión domésticos.

Los resultados muestran que del 90% que tiene fondos que siguen criterios de sostenibilidad, un 5% los ha creado una vez que entró en vigor el reglamento de divulgación europeo, que exige a las gestoras de fondos comunitarias incrementar la transparencia en relación con su integración de riesgos de sostenibilidad. Además, un 5% indica que está en proceso.

Asimismo, nueve de cada diez entidades también creen que ha mejorado el conocimiento y valoración del inversor minorista sobre fondos con sesgo ESG, aunque una mayoría (68%) considera que todavía existe una diferencia entre la visión del minorista y del institucional.

Sin embargo, para el 90% de las gestoras, la ausencia de información sobre sostenibilidad en las empresas en las que invierten y la falta de un marco jurídico definitivo son los principales retos de las gestoras para adaptarse a este nuevo paradigma, mientras que un 53% también alude al coste de adaptación, tanto en procesos internos como de recursos humanos.

Por otra parte, un 26% explica que las compañías que utilizan criterios ESG generan retornos más sostenibles en el largo plazo, convirtiéndose en más atractivas para el inversor y para el 79% de los consultados, el ámbito social es que el necesita más trabajo dentro del universo ESG porque los indicadores todavía no están bien definidos.

Por último, la encuesta revela que el 74% de las entidades preguntadas considera negativa la entrada en vigor este año del reglamento de taxonomía, debido al desajuste en el calendario de aplicación de normas que dificulta su cumplimiento. Casi la totalidad de entidades considera que la cantidad y calidad de los datos disponibles en la actualidad para cumplir con las exigencias resulta insuficientes y poco fiables y que las metodologías entre los distintos proveedores de información no son homogéneas.