Según informó este lunes la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid, el propietario de los perros ha sido imputado por su presunta implicación en un supuesto delito de falsedad documental y otro de intrusismo.

En una de sus labores habituales de vigilancia y patrullaje del medio rural, varios agentes del Seprona tuvieron conocimiento de la existencia de varios perros en mal estado en una finca rústica de la citada localidad madrileña.

La pertinente inspección de la finca confirmó la presencia de los animales y el mal estado higiénico-sanitario de las instalaciones en las que estaban alojados. Además, los agentes hallaron varias incoherencias en las cartillas sanitarias, que revelaron que habían sido falsificadas, ya que sus datos no coincidían con la identidad verdadera de los galgos.

Una inspección más exhaustiva permitió también detectar que el propietario de la finca había vacunado ilegalmente a sus animales.

Por todo ello, se decidió el traslado de los perros a un centro de acogida, a donde fueron transportados con la colaboración de personal veterinario de la Comunidad de Madrid y del Ayuntamiento de Parla, y la imputación del dueño de los canes por dos supuestos delitos.