Zapatero fue preguntado por este asunto en el Palacio de La Moncloa, donde hizo balance del curso político antes del comienzo de sus vacaciones.

El jefe del Ejecutivo afirmó que "la política penitenciaria que está aplicando el Gobierno de España es la misma que se ha aplicado desde hace años en democracia, por todos los gobiernos".

Aseguró que es "una política penitenciaria tendente, entre otras cosas, a debilitar a ETA y a acabar con ETA, haciéndolo, además, desde la máxima legalidad y, por su puesto, con conocimiento de quien tiene que tener conocimiento", en probable alusión al PP.

"DEJAR LAS ARMAS"

Al mismo tiempo, el presidente, aunque defendió el proceso de negociación de la anterior legislatura, aseguró que "ETA sólo tiene un destino", que es "dejar las armas". Añadió que "bajo ninguna condición" la organización criminal puede esperar algo "a cambio" del fin de la violencia.

Sobre la presencia de Batasuna en las próximas elecciones municipales, señaló que "aquellos que no se separen de lo que significa la violencia" no tendrán "ninguna representación político institucional, bajo ningún concepto". Apuntó que si, a pesar de ello, algún partido de este tipo llegara a las instituciones, "será expulsado".

Tras hacer estas afirmaciones, Zapatero pidió que el frente político de la lucha antiterrorista siga "tranquilo", ya que esto contribuye a su éxito.

Por este motivo, añadió que el PP puede hacer "polémica política" de cualquier asunto, pero dijo no entender "que alguien quiera hacer polémica política en la lucha contra el terrorismo". Remarcó, en este sentido, que le parece "absolutamente inaceptable" que se polemice con una política antiterrorista que está siendo eficaz.

No obstante, Zapatero sostuvo que el proceso de negociación con los terroristas de la pasada legislatura "aceleró" las condiciones para ganar la "batalla" a ETA y para "ver el final de la violencia", ya que debilitó a la banda criminal y le restó "apoyos".