Junto a estos últimos legionarios de la Agrupación Aspfor XXV (Afganistán Spanish Force) saldrá también de la base Ruy González de Clavijo el malagueño Cristo de la Buena Muerte, más conocido como el Cristo de la Legión o de Mena.

Se trata de una réplica en bronce, de 70 centímetros, que la Pontificia y Real Congregación del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Ánimas y Nuestra Señora de la Soledad (MENA) entregó hace unos meses a la Legión para que le "proteja" en las misiones.

Según indicaron a Servimedia fuentes militares, el “último legionario” en salir de la base portará al Cristo que le ha brindado protección y que ha permitido que todo el contingente, de unos 800 efectivos, regrese a casa sano y salvo después de casi cinco meses de misión.

Entre sus operaciones, la Legión se ha encargado de abrir en el mes de abril el puesto avanzado de Sang Atesh, enclavado en la ruta Lithium, para combatir a la insurgencia y garantizar la comunicación entre la zona norte y la capital, Qala-i-Nao, de la provincia de Badghis, así como de la Ring Road, la conocida como la gran M-30 afgana.

En esta zona los militares españoles sufren constantes ataques por parte de la insurgencia. Precisamente, en las cercanías de Sang Atesh murió en febrero el soldado John Felipe Romero Meneses, de 21 años, cuando estalló una mina anticarro al paso de un convoy español.

El pasado 19 de julio se celebró en la base de Qala-i-Nao el relevo del contingente español. La Legión, tras ocho vuelos de relevo, ha dado pasado a la Brigada Paracaidista, que ahora es la que compone el grueso de la agrupación Aspfor XXVI, que estará desplegada en la Base Provincial de Apoyo (PSB) de Qala-i-Nao hasta el próximo mes de diciembre.

Entre sus misiones principales figura apoyar y dar seguridad a los proyectos de reconstrucción de la Aecid, así como garantizar la libertad de movimientos en la provincia de Badghis, para lo que cuentan con dos bases de operaciones avanzadas en Sang Atesh y Muqur.

La relación entre La Legión y el Cristo de Mena se remonta a 1921. Cada Jueves Santo, en Málaga, una compañía de legionarios acompañan al Cristo -después de rendirle honores, procesionarlo y custodiarlo- por las calles de la ciudad entonando "El novio de la muerte".