Según explicó en rueda de prensa en Madrid Javier González, portavoz de la Fadsp, el fármaco en cuestión se comercializaba bajo el nombre de "Minurin oral 0,1 y 0,2" y ha dejado de venderse en las farmacias por la caducidad de su patente sin previo aviso a los médicos y de forma "repentina", lo que está provocando problemas "graves" a los afectados.

Si un enfermo acude a la farmacia y no encuentra este medicamento, explicó González, debe volver a su médico de familia para que le recomiende otro, lo que le supondrá volver a pedir cita con el profesional y estar un tiempo sin su tratamiento.

Además, continuó este representante de la Fadsp, en muchas ocasiones el facultativo de cabecera se limita a extender la receta prescrita por el endocrino, con lo que ante la ausencia del medicamento, no tiene por qué conocer una alternativa para suplirlo.

Ante esta situación, Defensa de la Sanidad Pública y consumidores piden a Sanidad que mantenga en el mercado el medicamento hasta que aparezcan genéricos comercializados por otros laboratorios.

Denuncian también que la desaparición de este fármaco coincide con la introducción de una nueva presentación con otra forma galénica, el "Minurin Flas", que el laboratorio considera que puede sustituir al fármaco anterior, pero que los médicos no conocen.

Consumidores y defensores de la sanidad pública aseguran que este problema es "un botón de muestra" de la situación de desabastecimiento de otros fármacos que provocan algunos laboratorios para conseguir una postura de fuerza ante el Ministerio de Sanidad, que recientemente ha adoptado medidas para contener el gasto sanitario.