Así lo explicó este lunes en rueda de prensa el presidente de la patronal cementera Oficemen, Joaquín Estrada, quien apuntó que en el primer semestre del año el consumo de cementó bajó un 15,9%, hasta los 12 millones de toneladas.

Para el conjunto del año se estima una caída de entre el 15% y el 17% en el consumo de cemento, aunque Estrada apuntó que la decisión del Gobierno de suspender algunas obras públicas puede hacer que el descenso "sea aún mayor".

Desde que comenzó la crisis, a finales de 2007, el consumo de cemento ha registrado una caída acumulada del 60%, y el sector ha destruido unos 700 empleos en el último año y medio, el 9% del total de puesto de trabajo. Así, en la actualidad las empresas cementeras cuenta en España con 6.300 trabajadores.

Estrada subrayó que el problema de la construcción "ya no parece ser coyuntural" y sí estructural, por lo que "veremos a ver qué pasa" con el empleo.

EXPORTACIÓN

La industria cementera está compensando parcialmente estos meses de menor actividad constructora en España con un incremento de las exportaciones.

En los seis primeros meses del año el sector vendió a terceros países, fundamentalmente en Europa y norte y oeste de África, 1,9 millones de toneladas, un 27,5% más que en el mismo periodo de 2009.

En todo caso, el presidente de Oficemen apuntó que "no es una alternativa a largo plazo" porque la exportación tiene una rentabilidad "muy baja" y los países a los que se envía cemento están incrementando su capacidad de producción, por lo que dejarán de importar.

Por otra parte, desde la patronal se quejaron de los costes de la energía, que pueden llegar a suponer hasta el 60% de los gastos variables de una planta.

En este sentido, Estrada apuntó que los costes energéticos se han convertido en un "culebrón", y que los precios siguen sin "formarse naturalmente; no es un mercado libre".

"La formación de precios de la energía en España es kafkiano y gracias a Dios los dos grandes partidos se han dado cuenta y quieren delimitar claramente los costes", agregó.