Este acuerdo incluye "mejoras importantes en términos de flexibilidad y de reducción de costes", informó hoy la empresa.

El convenio colectivo, vigente entre 2009 y 2011, era una necesidad para la fábrica de Barcelona a fin de "adaptarse con plenas garantías al actual entorno económico, caracterizado por la importancia de responder con rapidez y eficiencia a las continuas fluctuaciones del mercado, y para mejorar el coste total de entrega del vehículo".

En concreto, el acuerdo mejora la flexibilidad de producción a través de sábados productivos más ajustados a cada necesidad de fabricación, así como la posibilidad de acordar jornadas productivas adicionales si se agotan los sábados productivos. Ambas partes también han acordado la creación de una bolsa de horas productivas voluntarias aplicable al final de la jornada a fin de asegurar todos los compromisos diarios de entrega.

La compañía concluye que, con el nuevo convenio, "la planta de Barcelona afronta una etapa decisiva en la que todos los empleados deberán trabajar como un equipo, unidos y en la misma dirección, a fin de superar los retos que la planta afrontará a medio plazo y situar de nuevo la fábrica de Barcelona entre las más competitivas de la Alianza Renault-Nissan".