Según una encuesta realizada por Ipsos en España y en otros seis países europeos, el 93% de los consumidores consideran que el papel se debería usar más como embalaje de lo que se hace en la actualidad.

Los fabricantes de papel están manteniendo "contactos informativos" con los grandes grupos de distribución, y están encontrando "una gran concienciación medioambiental y una clara predisposición al cambio y receptividad hacia la opción papel".

"El comerciante es muy consciente de que la bolsa de papel es un excelente vehículo para proyectar la imagen de marca de su comercio y, además, un escaparate de su compromiso medioambiental", señaló el presidente de la Agrupación, Antonio Rodrigues.

Según esta organización, la madera utilizada para hacer bolsas de papel "se planta y se cultiva en plantaciones que están continuamente replantándose y regenerándose", y que son además eficientes sumideros de CO2.

Si una bolsa de papel no llegase a entrar en el circuito del reciclado, se biodegradaría en un periodo de entre dos y cinco meses, según indican desde la Agrupación Ibérica de Fabricantes de Bolsas de Papel.