Durante su comparecencia en el Congreso para hacer balance del semestre de presidencia comunitaria, Aído defendió la necesidad de esta medida, “pues en la UE las penas viajan con los delitos salvo en el caso de la violencia de género”.

“De ahí la importancia de esta iniciativa que ha liderado el ministro de Justicia español”, prosiguió, pues es preciso “garantizar la protección de las víctimas en todo el territorio comunitario”, agregó Aído.

En su opinión, la euroorden cuenta con el respaldo legal necesario y las críticas (que en su día vertió contra la medida la comisaria de Justicia, Viviane Reding), “se deben más a un pulso de competencias por la entrada en vigor del Tratado de Lisboa que a una cuestión de fondo”.

Aído recalcó además que el Consejo de Ministros de Justicia dio luz verde a esta iniciativa en primera lectura (los siete países que se oponían no pidieron someterla a votación) con lo que “ahora sigue su trámite parlamentario”.

“Esperamos que llegue a buen puerto”, pues se trata de una medida “necesaria” que además “cuenta con los informes favorables de los servicios jurídicos del consejo y del Parlamento”, declaró.

Por otra parte, la ministra subrayó que en ese mismo consejo de junio se dio luz verde a una propuesta de directiva europea para luchar contra el tráfico de personas con fines de explotación sexual, “que ahora se tendrá que debatir en el Parlamento”.

Además, dicha propuesta insta a los Estados miembros a trabajar para erradicar la demanda en su territorio”, en línea con la campaña Corazón Azul presentada la semana pasada, subrayó Aído.

La ministra destacó asimismo la creación de un Observatorio europeo sobre la violencia Contra las Mujeres; la puesta en marcha de una estrategia común contra este delito, y la implantación de un teléfono único de atención a las víctimas bajo la marcación europea 016.

A su juicio, la presidencia española ha conseguido llevar la igualdad al núcleo de la Agenda 2020, que “por primera vez incluye la perspectiva de género en la creación de empleo”.

Como ejemplos, Aído citó el objetivo de alcanzar un 75% de mujeres trabajadoras” y de “reducir la brecha salarial”, junto a las iniciativas de las directivas sobre igualdad de trato y de equiparación de las mujeres autónomas y de las cónyuges colaboradoras.

La ministra recordó que Bélgica y Hungría fueron partícipes de la estrategia española, y “si nosotros incidimos de forma especial en la violencia de género, Bélgica lo hará en reducir la brecha salarial y Hungría en conseguir una mejor conciliación laboral”, concluyó.