Ambos analizaron el tema en el seno del Campus de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), que preside el ex presidente del Gobierno José María Aznar.

Rey dijo además que el debate en torno a este asunto ha estado “bastante desenfocado”, y que sólo el texto que salió de la Generalitat contemplaba un nuevo modelo confederal que no cabía en la Constitución. Al PSC, ICV y ERC, que lo promovieron en principio, les reprochó su queja por el hecho de que Cataluña contribuyera a la solidaridad común más de lo que recibía; una protesta “poco solidaria y nada de izquierdas” que recordó que es la que plantea la derechista Liga del Norte en Italia.

Según este experto, el texto que aprobaron las Cortes Generales ya no suponía un “cambio radical”, aunque sí contenía “algunos excesos”. Por ello, dijo que la sentencia no es tampoco “trascendental”.

No obstante, calificó de “patética” la tesis de que el TC sólo ha modificado una pequeña parte del Estatuto, pues la sentencia no se mide “al peso” y el hecho es que afecta a los “centros de gravedad” del texto, y “tan importante o más” que la anulación de algunos artículos es la interpretación de otros de modo “más restrictivo” al original.

Una vez observado que el impacto de la sentencia sobre el sistema autonomico “no va a ser tan importante como parece”, Rey se mostró más preocupado por el efecto que tendrá este “desdichado proceso” en la credibilidad del TC, sin el cual “no hay Estado autonómico ni Constitución”.

En ese sentido, suplicó a quien corresponda: “Por favor, renovemos el Tribunal Constitucional”, en base a criterios de mérito y asegurando al máximo la independencia de los jueces.

El catedrático vallisoletano terminó recordando que en todos los estados, centralizados o no, hay tensiones entre centro y periferia, en debates sobre si se ha de implantar una estructura más federal o más confederal.

“El conflicto es consustancial al proceso democrático”, aseguró, y por tanto “sería interesante rebajar la crispación en el abordaje de los problemas”. Pese a ello, sí se mostró a favor de recuperar el recurso previo de inconstitucionalidad, “una lección que todos hemos aprendido”, en su opinión, de la experiencia del Estatuto catalán.

REACCIONES QUE ATERRAN

Por su parte, Alvarez Conde comenzó diciendo que “cualquier debería aterrarse” ante las reacciones que han tenido políticos y juristas ante el fallo, de las cuales salvó como “más sosegada” la que ha exhibido el PP. Tampoco la “responsabilidad de unos partidos y otros” le parece lo mismo, y, sin mencionar nombres, dictaminó haciendo uso de una frase célebre: “Se puede engañar a todos durante un cierto tiempo y a pocos durante todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos durante todo el tiempo”.

Además, tachó de “horrible” el análisis cuantitativo que ha permitido al Gobierno concluir que sólo se ha anulado un pequeño porcentaje del Estatuto.

Sobre la sentencia en sí, el catedrático de la Universidad Rey Juan Carlos dijo que “no pinta mal” y es “aceptable” y no “un bodrio como otras”, aunque tampoco le parece “una criatura bien parecida”, sobre todo “por lo que deja de decir”. A su juicio, el TC debería haber hecho “una auténtica pedagogía constitucional que cerrase el modelo autonómico”, y abundado más en temas como los derechos y libertades, las competencias y la financiación.

No obstante, Álvarez Conde si advirtió de que, a partir de ahora, los tribunales deben deben interpretar los preceptos y leyes autonómicas según la doctrina establecida por el TC, y “lo lógico es que el legislador modificase esas leyes” que, como la de Educación y la del Tribunal de Garantías Estatutarias, se han visto afectadas por la sentencia después de haber sido promulgadas por la Generalitat. Como ya anunció que eso no va a ocurrir, propuso hacerlo por medio de leyes estatales, adelantándose a las previsiones estatutarias. Claro está, en sentido contrario a la promesa del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de otorgar a Cataluña mediante leyes todo lo recortado por el TC. Una afirmación que, según este jurista, “sólo revela la ignorancia de quien lo ha dicho”.