El detenido utilizaba su domicilio como laboratorio para la manipulación y alteración de grandes cantidades de estupefacientes que posteriormente distribuía por distintas zonas de la capital.

La operación se inició por agentes del Grupo de Estupefacientes de la Comisaría de distrito de Tetuán. Las informaciones recogidas por los investigadores apuntaban a la existencia de un laboratorio dedicado al corte y manipulación de cocaína.

Desplegaron entonces un dispositivo con el fin de situar el lugar donde se adulteraba el estupefaciente así como para proceder a localizar, identificar y detener a los presuntos responsables.

Las pesquisas practicadas condujeron a los agentes hasta un hombre que permanecía en un portal en actitud vigilante. Los policías le interceptaron y localizaron oculto entre sus ropas un trozo de roca blanca de cocaína envuelta en cinta adhesiva y quince bolsitas que contenían cada una un gramo del mismo estupefaciente. Fue detenido por un presunto delito de tráfico de estupefacientes.

En el registro realizado en su domicilio se localizó el laboratorio donde manipulaba la droga y se intervinieron cuatro kilos y medio de cocaína, sustancias para el corte, una prensadora hidráulica, así como diversos útiles y herramientas para su adulteración.

Para distribuir el estupefaciente, los compradores contactaban telefónicamente con el ahora detenido y acordaban las cantidades de cocaína que querían adquirir, que oscilaban entre los quince y los cien gramos. Después se citaban en las proximidades de su domicilio para realizar la transacción. En otras ocasiones el arrestado se encargaba de vender directamente las papelinas a los consumidores.