Este es uno de los argumentos dados por los obispos para criticar la norma, que hoy entra en vigor y que consideran "objetivamente incompatible con la recta conciencia moral -en particular, la católica-“, además de señalar que, "desde el punto de vista ético, empeora la legislación vigente".

Los obispos critican que la norma deje "prácticamente sin protección alguna" a "los que van a nacer" en las 14 primeras semanas del embarazo, "justo en el tiempo en el que se producen la gran mayoría de los abortos".

Además, lamentaron que la ley incluya "un concepto de salud tan ambiguo que equivale a la introducción de las llamadas indicaciones social y eugenésica como justificación legal del aborto".

Estos motivos fueron explicados por la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal en su Declaración del 17 de junio del año pasado, que la Asamblea Plenaria hizo suya en el comunicado final del pasado 27 de noviembre.

En esta declaración, los obispos defienden a quienes "tienen derecho a nacer y a ser acogidos por sus padres con amor", y a las madres, "que tienen derecho a recibir el apoyo social y estatal necesario para evitar convertirse en víctimas del aborto", y propugnan la libertad educativa y "una sociedad que tiene derecho a contar con leyes justas que no confundan la injusticia con el derecho".