El 74,6% de los consultados asegura que no piensa lo mismo que sus progenitores en temas de religión, dscrepancia que se incrementa al hablar de sexo: el 92 por ciento dice que tiene una forma de ver la sexualidad distinta.

Las posiciones se acercan más a la hora de hablar de "normas morales" y actitudes sociales (cuatro de cada diez encuestados afirman que coinciden con las de sus creadores).

Las diferencias padres-hijos no son obstáculo para que el 86,3 por ciento de los universitarios declare que la relación con sus progenitores es buena o muy buena.

El 41,8 por ciento de los universitario opina que sus padres les trata de un modo flexible y el 33,9 manifiesta que recibe una conducta moderada. Por el contrario, el 2,4 por ciento de los estudiantes se queja de que recibe un trato muy estricto y el 8,1, estricto.

El sondeo también preguntó a los universitarios su opinión sobre las personas mayores en general. La mayoría (51%) coincide en señalar que su generación tiene responsabilidades hacia las personas mayores.

La segunda opinión en la que la mayoría está de acuerdo es que no peritirían dejar vivir a sus padres en un hogar o residencia para ancianos.