PAIS VASCO

EL 80% DE LOS NIÑOS SUPERAN EL CANCER EN EEUU, PERO SUFREN SECUELAS DISCAPACITANTES COMO CONSECUENCIA DEL TRATAMIENTO

MADRID
SERVIMEDIA

Los avances en oncología han hecho posible que un 80% de los niños que actualmente desarrollan cáncer en Estados Unidos superen esta enfermedad, frente a un 20% de hace cuarenta años. No obstante, algunos tratamientos contra el cáncer pueden producir secuelas discapacitantes, según publica hoy el diario "Usa Today".

Este es el caso de la radioterapia y la quimioterapia, que pueden afectar el desarrollo cerebral, especialmente en los casos de cáncer hematológico como la leucemia, en los que se aplican elevadas dosis de radiación craneal.

Estas radiaciones pueden dañar la materia blanca del cerebro al impedir el crecimiento de la mielina que lo protege. La materia blanca es responsable de la comunicación entre distintas áreas del cerebro, y las lesiones en ella pueden hacer que los niños sufran problemas de aprendizaje, al procesar la información de manera más lenta.

En los casos más graves, se puede producir una discapacidad psíquica, ya que el cerebro en su fase de desarrollo es más vulnerable a la radiación, según el profesor de hematología y oncología pediátrica Robert Butler, de la Universidad de Oregón.

Aunque los pequeños toleran dosis más elevadas de radioterapia y quimioterapia que los adultos, estos tratamientos afectan más a los órganos en formación, por eso los pacientes más jóvenes son los que más secuelas sufren, según Daniel Armstrong, director del Centro Mailman del Desarrollo Infantil de la Universidad de Miami.

Algunos de los niños que superan el cáncer recuerdan lo que aprendieron antes del tratamiento, como el alfabeto o las tablas de multiplicar, pero tienen problemas para aprender nuevos conocimientos, escribir de manera legible, copiar de la pizarra, y con la memoria a corto plazo.

Aunque las terapias actuales son menos agresivas que las utilizadas hace veinte años, los facultativos deben poner un especial cuidado a la hora de seleccionar un tratamiento que combine la eficacia con el menor número posible de secuelas.

Para detectar cualquier alteración cognitiva lo antes posible, los especialistas aconsejan realizar tests de inteligencia antes y después de los tratamientos oncológicos.

De este modo se podrán adoptar intervenciones tempranas, como clases especiales de refuerzo, o la prescripción de fármacos para potenciar la atención.

Estos últimos, aunque no curan las lesiones cerebrales, tienen resultados muy positivos en el rendimiento intelectual de los pequeños con problemas de concentración derivados de tratamientos oncológicos. Cada año se diagnostican 12.400 casos de cáncer infantil en Estados Unidos.

(SERVIMEDIA)
04 Mayo 2005
LVR