El 20% restante entra por vía marítima a través de las costas gallegas, donde barcos nodriza dejan sumergida en alta mar la carga que después recogen embarcaciones más pequeñas. También se hacen desembarcos en las costas andaluzas y las islas Canarias.

El documento califica a España como "un país de tránsito de estupefacientes y consumidor", a la vez que una importante base para realizar operaciones de blanqueo de dinero procedente del narcotráfco.

Las aprehensiones de cocaína descendieron un 41% en 1992 con respecto al año anterior, lo cual no significa que el transporte de esta sustancia se haya reducido sino que los narcos han logrado perfeccionar sus técnicas para burlar el cerco policial.

Según el documento al que tuvo acceso Servimedia, el consumo de heroína ha venido descendiendo en los últimos años, pero no el tráfico en dirección a otros puntos de Europa. La heroína se traslada, sobre todo, por tierra en vehículos ligeros o pesdos que atraviesan las fronteras de Irún y La Junquera.

En avión llega a los aeropuertos de Barajas y El Prat, previa escala de los aviones procedentes de Asia en Zurich, Frankfurt y Viena. Los vuelos provinientes de Líbano o Siria suelen ir a Ginebra, Roma o Zurich antes de llegar a España.

En los últimos años, las fuerzas de seguridad han detectado también un importante comercio de heroína desde Nigeria en avión y desde el sudoeste asiático en barcos que distribuyen a Italia y España.

El CSID estima que "en España hay una fuerte tendencia al aumento del consumo de drogas sintéticas" que llegan a España desde Holanda y Polonia, país este último que está viviendo una auténtica edad de oro en lo que a producción de drogas de diseño se refiere.

El pasado año se estimaba que existían en Polonia 200 laboratorios dedicados a la fabricación de anfetaminas, muchos de los cuales están ubicados en las cercanías de grandes ciudades como Varsovia, Lodz y Szczecin. Sólo en nuestro país las incautacines de pastillas de "éxtasis" crecieron un 289% entre 1992 y 1993.

Desde Marruecos el hachis se introduce en la península a través de las costas de Málaga y Cádiz, donde desembarcan las planeadoras (embarcaciones rápidas) que tienen refugio en las costas de Gibraltar.