Según informó este martes la aerolínea británica, ya logró recientemente el acuerdo en esta materia con sus sindicatos y antes del 30 de junio entregará el plan de recuperación íntegro al regulador de las pensiones de Reino Unido.

El plan de recuperación evita el cierre de los fondos de pensiones y mantiene las contribuciones anuales en torno a la cifra de 330 millones de libras esterlinas (cerca de 394,9 millones de euros), a lo que hay que añadir incrementos alineados con una media anual estimada de la inflación de en torno al tres por ciento. Las contribuciones al déficit acordadas llegan hasta 2026 en el caso del NAPS y hasta 2023 en el del APS.

British Airways se compromete a realizar contribuciones adicionales al déficit siempre y cuando su caja anual exceda de 1.800 millones de libras esterlinas (2.154 millones de euros, aproximadamente). Los fondos también serán provistos de una garantía sobre los activos de la compañía valorada en 250 millones de libras (unos 299 millones de euros) para asegurar el pago de las pensiones en caso de insolvencia de la compañía.

El plan de recuperación incluye una serie de medidas que protegen los intereses de los trabajadores adscritos a los fondos de pensiones, al impedirle a la compañía tomar decisiones unilaterales que puedan reducir el valor del convenio. También recoge cambios en las condiciones del mercado desde la valoración del 31 de marzo de 2009.

Tras negociaciones con el regulador de las pensiones británico, se ha aprovechado la oportunidad para invertir lo recuperado en incrementar el margen de prudencia en la valoración, en lugar de reducir el compromiso de contribución requerido.

La aerolínea concluyó su negociación con los sindicatos para modificar las pensiones en marzo de 2010. Los miembros del NAPS pueden pagar un 4,5% más en contribuciones adicionales para mantener sus beneficios existentes. Los cambios se han hecho así para permitir que los fondos sigan abiertos a los miembros actuales.