Según informó el Ministerio de Defensa a Servimedia, hasta las 13.30 horas no se había tenido conocimiento de ningún incidente o acto violento en unos comicios amenazados por la violencia de los talibán.

El Ejército español, presente en Afganistán para ayudar a las autoridades locales en la organización y desarrollo de estas elecciones, forma parte de la Fuerza Internacional de Asistencia y Seguridad (ISAF), dirigida por la OTAN y con 64.500 soldados de 42 países.

En las elecciones afganas pueden votar 16,6 millones de personas, las que se inscribieron previamente en el registro electoral y de las que el 35% son mujeres.

No existe un censo nacional y para inscribirse en el registro basta la acreditación del cabeza de familia y su palabra sobre el número de mujeres mayores de edad a su cargo. Nadie puede comprobarlo.

Además, la tarjeta de voto carece de fotografía y en los días previos a los comicios se podían comprar en el mercado negro por siete euros.

En estas elecciones gana el candidato que supere el 50% de los votos. Si nadie lo logra, los dos más votados se someterán a una segunda vuelta que se podría celebrar a mediados de octubre.

En los días previos a las elecciones, los talibán han protagonizado media docena de ataques armados y han amenazado a todo aquel que porte la marca de tinta que se impone a los que han votado con amputarles los dedos.

Los contendientes con más posibilidades de lograr la victoria son Hamid Karzai, el actual presidente, y el ex ministro de Exteriores, Abdulá Abdulá, que aspira a forzar una segunda vuelta.