En el acto, organizado por Nueva Economía Fórum, presentado por el ministro de Fomento, José Blanco, y al que asistieron también el titular de Justicia, Francisco Caamaño; la de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, y el presidente del Senado, Javier Rojo, Silva criticó la actitud de los populares hacia el plan de ajuste del déficit emprendido por el Gobierno.

Pronosticó que en un futuro "se conocerá como la madre de todas las demagogias", comparable a la que el PP exhibió en relación al referéndum sobre la OTAN.

En su opinión, "es una irresponsabilidad negar lo que la estadística constata con insistencia": que el PSOE ha incrementado las pensiones, en un aumento del poder adquisitivo que calibró en 24 puntos frente a los cuatro durante los gobiernos del PP, "en la época del que llaman milagro económico". Para el año que viene, negó que bajen las cuantías y precisó que "la mitad cobrarán más y el resto se quedará igual".

Reiterando varias veces que el plan de reducción del déficit es análogo al de los grandes países de la UE con el "objetivo común" de proteger al euro de los especuladores, denunció que, a diferencia de lo que ocurre en ellos, en España "al Gobierno le ha tocado lidiar solo con esta crisis", porque el PP se empeña en "sacar rédito electoral" con una estrategia "cortoplacista, sesgada y desleal con los españoles, que finalmente juzgarán lo que han hecho unos y lo que hemos hecho otros".

Según Silva, "el PP es un gran impedimento para el retorno de la confianza en la economía", pues su presidente, Mariano Rajoy, "recorre el mundo pregonando" que España no tiene capacidad para cumplir con sus compromisos.

"La Moncloa bien vale arrasar la economía; y, por supuesto, después una misa", ironizó aludiendo a la célebre frase de "París bien vale una misa" pronunciada en el siglo XVII por Enrique IV de Francia al tener que convertirse al catolicismo para acceder al trono.

También dijo vislumbrar en el PP "un nuevo efluvio totalitario" cuando pide reducir el papel de partidos y sindicatos para recortar el gasto, y le acusó de haber roto la "extraordinaria relación" que había entre los grupos parlamentarios del Senado, porque "en cada pleno monta una bronca y descalifica al Gobierno y en especial a su presidente".

Finalmente, Silva calificó de inmoral preocuparse por las encuestas en estos momentos. "Se lo dejo a otros, que todos los días están contando votos", desdeñó.