Ante esta situación, Cáritas hace un llamamiento a las administraciones a "intervenir debidamente en la pacificación y resolución de conflictos que pueden derivar en una realidad descontrolada y desmedida".

"Desde Cáritas reivindicamos la necesidad de medidas políticas de integración razonable y equilibrada que puedan ser cimiento de aceptable convivencia entre el fenómeno turístico y el hecho migratorio, aspectos ambos básicos para la economía de nuestra comunidad autónoma", señala la organización en un comunicado.

Cáritas cree que estos carteles "de tinte racista" tienen su origen en "la situación de incomodidad de unos turistas, que buscan descanso y diversión en unos días de vacaciones", ante "los inmigrantes subsaharianos que ejercen un actividad comercial como último recurso de supervivencia".

Desde la ONG dicen ser "conscientes" de que la situación actual de crisis, "endurecida aún más con las últimas medidas de recorte económico tomadas por el Gobierno, puede tensionar la convivencia entre el turismo de masas y el alud de inmigrantes incrementado por la falta de ocupación de muchos".

"Esta tensión puede derivar en un grave malestar entre los comerciantes y turistas de la zona de la Playa de Palma, y la cantidad de vendedores ambulantes de origen africano que buscan conseguir un justo medio de subsistencia", concluye la organización.