Así, el banco alemán se muestra ligeramente más optimista en sus previsiones que el Gobierno español, cuya estimación de crecimiento es de un 2,3%.

Acerca de los posibles efectos negativos de la inestabilidad política en Cataluña, para Deutsche Bank estos se limitarán a los dos últimos trimestres de 2017 (afectando principalmente al turismo) y no se extenderán hasta 2018.

La economista jefe de Deutsche Bank en España, Rosa Duce, señaló en la presentación que, a nivel europeo, 2017 ha sido “un año espectacularmente bueno”, y agregó que “por primera vez desde que se inició la crisis financiera, estamos hablando de una recuperación sincronizada”.

El banco prevé que en 2018 la economía de Alemania crecerá un 2,1%, mientras que la de Francia lo hará en una décima menos (2%) y la de Italia en un 1,2%.

Respecto a la economía estadounidense, Deutsche Bank revisó al alza su previsión de crecimiento para 2017 de un 2,2% a un 2,3%, debido a “los buenos datos del mercado laboral, que roza el pleno empleo”, así como “al consumo y la producción industrial, que superan las expectativas de los analistas”.

En cuanto a Japón, el banco alemán considera que el crecimiento del 1,5% que experimentará su economía tanto en 2017 como el año próximo vendrá impulsada por factores como “la fuerte demanda interna, una política monetaria acomodaticia, la subida del gasto público y la inversión a raíz de los Juegos Olímpicos 2020”.