Grefa informó de que se trata de ocho machos y siete hembras de buitre negro que pudieron empezar a volar libres tras la apertura hace algo más de un mes del jaulón en el que llevaban un año aclimatándose a la zona de liberación, ubicado en el término municipal de Huerta de Arriba, al oeste de la provincia de Burgos.

En este sentido, gracias al marcaje previo con emisores GPS de esas aves, se sabe que unas pocas (hembras en su mayoría) han emprendido desplazamientos a larga distancia, llegando algunas incluso a Francia y Portugal en pocos días, aunque la mayoría permanece cerca del punto de suelta, lo cual incrementa las posibilidades de que la especie se establezca en la Sierra de la Demanda y vuelva a reproducirse en la zona en un futuro no muy lejano.

El largo periodo de tiempo en el que los buitres negros han permanecido en el jaulón de aclimatación de Huerta de Arriba ha sido, a juicio de Grefa, “fundamental” para que estas aves se vinculasen al territorio en el que han sido liberadas y también favoreció los aportes de alimento (restos cárnicos) que se suministra diariamente a los buitres negros para ayudarles a sobrevivir mejor en su primera fase de vida en libertad.

“Nuestra idea es realizar durante al menos ocho años la liberación de un mínimo anual de diez buitres negros, de manera que logremos un número suficiente de ejemplares fijados a esta zona de la Sierra de la Demanda como para que pueda surgir una nueva población reproductora”, explicó Lorena Juste, bióloga de GREFA que coordina el trabajo con la especie desde Huerta de Arriba, que detalló que “en los próximos días, un nuevo grupo de al menos diez buitres negros será introducido en el jaulón de aclimatación con vistas a su liberación en el otoño de 2018".