Clavijo hizo estas consideraciones en este encuentro informativo organizado por Nueva Economía Fórum en Madrid, donde fue presentado por la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ante quien dijo, refiriéndose a Cataluña, que “el problema no es el nacionalismo” sino “la mala política y las malas praxis” en el ejercicio del interés general.

Defendió que la Constitución de 1978 fue la expresión del cambio que quería el país en aquel momento, pero abogó por revisar este texto cuarenta años después para adaptarlo a las nuevas necesidades de España. Además, aseguró que su partido, Coalición Canaria, acude a la comisión del Congreso sobre modernización del modelo territorial sin “marcar líneas rojas”.

“Desde el momento en el que te sientas con líneas rojas te estás predisponiendo a no encontrar el acuerdo”, reflexionó Clavijo, para quien no hace falta hablar de un proceso constituyente sino de “retocar” la Carta Magna “en lo que consideremos entre todos necesario para sentirnos más cómodos” y de esta forma definir “qué país queremos ser”.

Clavijo también habló sobre las “decisiones duras” que se han tomado en Cataluña la aplicación del artículo 155 de la Constitución. Decisiones, dijo, “nada agradables y difíciles” que en determinados momentos han de tomar los que tienen “responsabilidades públicas” en aras al “interés general” y no al “tacticismo político”.

Consideró por ello que “hay momentos en los que eso se tiene que dejar a un lado y ser conscientes de cuáles son nuestros valores y qué es lo que queremos”, teniendo en cuenta que “nadie puede estar por encima de las leyes” y que desde las administraciones públicas no se puede propiciar el incumplimiento de la legalidad vigente.

“Una fuerza nacionalista como nosotros nos posicionamos a favor (del 155) después de un intenso debate porque entendíamos que el restablecimiento de la legalidad tiene que ser ese principio fundamental para poder entendernos”, argumentó Clavijo, escudándose en que era necesario “hacer un punto de inflexión” en una “espiral que nos iba a llevar probablemente a situaciones más complicadas”.

En esta línea, celebró el “total acierto” del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, al convocar elecciones en Cataluña de forma inmediata y pidió aprovechar la “oportunidad de diálogo y entendimiento” que se abre tras el 21-D. “Podemos tener una nueva oportunidad de hacer autocrítica, de aprender de los errores y comenzar buscando espacios de diálogo”, insistió.

En su opinión, después de la cita electoral llegará el momento de “hablar de cómo resolver el problema” que se ha planteado en los últimos tiempos y señaló que ese espacio de encuentro para solucionar “el problema político” debe ser mediante una modificación de la Constitución española. Una vez se lleve a término, dijo que se podrán tratar “otros asuntos importantes” que están en un paréntesis porque “no hay un clima político” propicio.

Defendió, por tanto, que si se resuelve “el problema político” en el espacio de la reforma de la Constitución se podrán empezar a abordar temas como el debate de las pensiones, la mejora de la financiación autonómica, la sostenibilidad de nuestro Estado de Bienestar y otros “problemas estructurales que tenemos” para “garantizar que nuestros hijos vivan con igualdad a la que nosotros hemos podido vivir”.

“Esto lo hacemos siendo nacionalistas y sin ningún tipo de complejos; no nos sentimos menos nacionalistas”, aseveró Clavijo, para a renglón seguido decir que cree que puede “contribuir desde el nacionalismo a la estabilidad”. Los partidos nacionalistas, subrayó, pueden contribuir a las reformas estructurales y ser leales al tiempo que piden que se les trata “de manera distinta” porque son “distintos”.

Todo ello le llevó a decir que “el nacionalismo no es malo” y que este país precisamente es plural porque cuenta con distintas sensibilidades. “Los canarios somos distintos por la lejanía y tenemos necesidades distintas y por eso pedimos que se nos trate de manera distinta para poder ser iguales”, explicó Clavijo, que terminó subrayando que los nacionalistas pueden ser “parte de la solución a muchos problemas de España” si actúan con “responsabilidad”.