“Por primera vez en décadas, es probable que las generaciones más jóvenes tengan menos oportunidades y estén peor que sus padres, ya que los empleos son más escasos, los salarios más bajos y las condiciones de trabajo más deficientes”, manifestó esta ONG de la Iglesia en un informe presentado en Bruselas.

Entre otras constataciones, la encuesta de Cáritas revela el surgimiento de un nuevo fenómeno de pobreza juvenil, los ‘Single Income, No Kids’ (‘Sinkies’) o, lo que es lo mismo: ingresos únicos y sin hijos.

El término se refiere a las parejas jóvenes en las que ambos sujetos trabajan pero que, cuando se combinan sus salarios, apenas ganan el equivalente a un ingreso único decente. "La aparición de ‘sinkies’ es una señal extremadamente grave que los responsables políticos deben tomar muy en serio”, alertó el secretario general de Cáritas Europa, Jorge Nuño.

Ante este panorama, la entidad cristiana apuntó que a los jóvenes se les niegan derechos básicos como el de la vivienda o el de acceder a un empleo de calidad, dada la precariedad en la que están sumidos.

“Traerá profundas consecuencias para la cohesión social, los modelos sociales y los sistemas de protección social. Corremos el riesgo de una sociedad que se hunde si no se toman medidas ahora", añadió Nuño en Bruselas.

Tanto es así, que Cáritas ya ha pedido a la Unión Europea que desarrolle una “estrategia integral” para combatir la pobreza juvenil, y que debería contar con medidas encaminadas hacia la Garantía Juvenil, mantener -al menos- la misma cantidad del Fondo Social Europeo y destinar el 50% para la lucha contra la pobreza.