La DGT compra 300 motos con detectores de alcohol y drogas para evitar chivatazos de controles entre los conductores

MADRID
SERVIMEDIA

La Dirección General de Tráfico (DGT) ha invertido cinco millones de euros en comprar 300 nuevas motos para la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil con la particularidad de que están equipadas con alcoholímetros y detectores de drogas con el fin de evitar los ‘chivatazos’ de controles a través de mensajes en las redes sociales y a través de WhatsApp.

El director general de Tráfico, Gregorio Serrano, anunció a finales del pasado mes de octubre en el Congreso de los Diputados que todas las patrullas de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil contarán el próximo año con detectores de alcohol y drogas para realizar controles a los conductores en cualquier carretera.

Serrano indicó que actualmente los controles suelen realizarse con furgonetas, de manera que los agentes se apostan con “infraestructura muy visible” y esta circunstancia puede ser comunicada entre los usuarios de las carreteras a través de las nuevas tecnologías. “Es poco menos que una verbena el conocimiento de dónde están los controles de alcohol y drogas”, apuntó.

El máximo responsable de la DGT ha desvelado en Twitter que la DGT prepara la entrega de 300 nuevas motocicletas para agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, que estarán dotadas con alcoholímetros y detectores de drogas “para luchar contra la alerta de controles en redes sociales”. “Tolerancia 0 en alcohol y drogas al volante”, añadió.

Serrano apuntó igualmente que todas las patrullas motorizadas de este cuerpo de seguridad tendrán el próximo año “detectores móviles de alcohol y drogas de última generación”.

Un 43% de los conductores que perdieron la vida durante el año pasado en accidentes de tráfico tanto en vías urbanas como interurbanas en España dio positivo en alcohol, drogas y/o psicofármacos, según las 589 muestras analizadas por el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (Intcf), con lo que se mantiene la tendencia estable iniciada en 2013.

Por otro lado, Serrano ha manifestado en varias ocasiones que la DGT pretende incrementar próximamente las pruebas de detección de drogas ilegales hasta alcanzar 150.000 test en 2018, lo que supone un tercio más de los 100.000 que quiere realizar este año y más del doble de las 65.000 efectuadas en 2016.

CONTROLES DESDE 2012

La DGT, a través de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, realizó un 20% menos controles de alcohol a los conductores en el último lustro, al pasar de 6.287.032 pruebas en 2012 a 5.028.439 en 2016, mientras que, por el contrario, multiplicó casi por 19 las pruebas de drogas en ese mismo periodo, con 3.453 test en 2012 y 64.619 el año pasado.

Estos datos figuran en respuestas parlamentarias del Gobierno a varios diputados socialistas, que preguntaron al Ejecutivo el número de pruebas de alcohol y drogas o sustancias psicotrópicas realizadas por la DGT entre 2012 y 2016, cuántas dieron positivo y el desglose por tipo de droga detectado en todas las provincias de España salvo las de Cataluña y País Vasco, que tienen transferidas las competencias, así como en La Rioja.

De la recopilación de datos de esas respuestas, realizada por Servimedia, se desprende que Tráfico hizo 6.287.032 pruebas de alcohol a los conductores en 2012, cifra que aumentó a 6.400.760 en 2013 para después iniciar un descenso sostenido con 6.260.280 en 2014, 5.678.083 en 2015 y 5.028.439 en 2016.

La cantidad de conductores que dieron positivo en esos controles ha mantenido una ligera tendencia a la baja con 1,70% en 2012, 1,63% en 2013, 1,56% en 2014 y 1,42% en 2015, y se aprecia un pequeño repunte en 2016, con 1,46%.

Por lo que respecta a los controles de drogas, han experimentado un salto exponencial desde que la entonces directora general de Tráfico, María Seguí, decidiera en 2014 apostar por la 'tolerancia cero' en el consumo de sustancias ilegales y la conducción.

Así, las pruebas sobre drogas ilegales a conductores pasaron de 3.453 en 2012 a 4.531 en 2013, 29.433 en 2014, 75.558 en 2015 y 64.619 en 2016. El porcentaje de positivos en estos controles ha ido disminuyendo porque inicialmente se hacían a fundamentalmente a aquellos conductores de los que se sospechaba que se habían puesto ante el volante tras consumir drogas: 62,50% en 2012, 49,28% en 2013, 34,95% en 2014, 33,25% en 2015 y 39,36% en 2016.

(SERVIMEDIA)
15 Nov 2017
MGR/caa