Esta disposición sólo tendría plasmación práctica si una vez acabado el plazo dado a los agentes sociales para llegar a un acuerdo, éste no se produjera. Sería entonces cuando el Gobierno tomaría las riendas y llevaría a las Cortes un decreto ley de reforma laboral.

Para prepararse ante esa eventualidad, Corbacho se puso ayer en contacto con Ridao, al que expresó su deseo de negociar los detalles del posible apoyo de Esquerra. Ambos quedaron en reunirse hoy o mañana para tratar de acercar posturas.

Ridao le dejará claro que, a su juicio, el problema del mercado de trabajo en España "no es el coste del despido", sino las dificultades para encontrar empleo.

Esos obstáculos sólo podrán removerse, según Esquerra, si se promueve la contratación indefinida, se dificulta la temporal, se da más oxígeno a la negociacion colectiva y se facilita más flexibilidad organizativa a las empresas. Esas son las condiciones en las que "ERC podría estar en esa reforma".

Ridao dijo no estar al tanto de las propuestas concretas que se debaten en este momento en la mesa de diálogo y se mostró comprensivo con Corbacho y con el trabajo que está haciendo para garantizarse el mayor apoyo posible.