Según informó la compañía, esta decisión “simplificará los procesos y la gestión de las actividades que desarrolla el grupo Orange”. Desde la empresa indicaron que “la actividad en Cataluña se mantendrá de la misma forma que se venía desarrollando hasta ahora”.

Así, habrá una subrogación de la plantilla de OCAT en Orange Espagne a partir del 1 de diciembre y la transmisión de los activos. Además, el 31 de diciembre de 2017 la compañía procederá a la liquidación de la sociedad.

Por su parte, quiso dejar claro que no habrá “ningún impacto en los trabajadores”, pues “no se cierra ningún centro de trabajo en Barcelona y ningún trabajador cambia de puesto ni de lugar de trabajo”.

Además, se mantienen condiciones laborales para todos los trabajadores, incluida la antigüedad.

OCAT, que no recoge todas las actividades de Orange en Cataluña, factura en la actualidad 14 millones de euros, frente a los 5.000 millones del grupo, y a esta sociedad corresponden 78 de los más de 7.000 que hay en total.