EL 75 PORCIENTO DE LOS PRESOS ESPAÑOLES NO TIENE NINGUNA CUALIFICACION PROFESIONAL

MADRID
SERVIMEDIA

De los 35.000 presos recluidos en las cárceles españolas, el 75 por ciento no tiene ninguna cualificación profesional, el 17 por ciento es analfabeto absoluto y el 31 por ciento analfabeto funcional, según el informe "Cárceles y sociedad democrática", encargado por la organización Cristianisme i Justícia.

El estudio, elaborado por el capellán de prisión José Sesma, la colaboradora social María uisa Pascual y el profesor José González Faus, indica que entre el 80 y el 90 por ciento de los reclusos abandonaron sus estudios entre los 13 y los 17 años y sólo un 2 por ciento siguió un proceso de educación normalizada.

Según los autores, la inmensa mayoría de los presos se encuentran en paro o realizando trabajos esporádicos en el momento en que ingresan en prisión.

En la tipología que establece el estudio sobre las personas que se ven obligadas a vivir "juntas y revueltas" en las cárceles epañolas figuran los delincuentes "profesionales", "accidentales", "ideológicos" y "forzados".

El grupo más amplio, aproximadamente dos tercios, está compuesto por los "forzados", definidos como aquéllas personas que, por circunstancias ajenas a su voluntad (familiares, sociales, culturales) han tenido que sobrevivir al margen de la ley.

Se trata de personas nacidas de padres que estuvieron presos y que carecen de medios personales, familiares y sociales, que les permitan salir del mundo marginal n el que viven y reintegrarse en la sociedad como seres libres.

Estos datos, junto con la masificación de las cárceles españolas, sus condiciones físicas y los problemas sanitarios y de drogadicción de la población reclusa, que también se analizan en el estudio, permiten a los autores concluir que "nuestras cárceles no cumplen con el fin primordial que, según la ley, deben perseguir las instituciones penitenciarias: reeducar y reinsertar socialmente a los sentenciados a penas privativas de libertad". El estudio denuncia que la prisión es vista como una institución destinada a tranquilizar al ciudadano de la calle, pero que "martiriza y termina por degradar al que ingresa".

(SERVIMEDIA)
22 Abr 1992
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