La joven es nacida y residente de Palamós y habría sufrido un proceso de autorradicalización virtual en los dos últimos años. Al parecer consumía productos propagandísticos de grupos yihadistas con contenido extremadamente violento.

Desde Interior destacaron que la reconversión de la joven hizo que paulatinamente sucumbiera a las más severas exigencias del rigor salafista. Pasó a cumplir estrictamente el código de vestimenta, algo “absolutamente inusual en el entorno de vida de la detenida”.

La mujer, que vive con sus padres y que estaba dispuesta a ir a Siria, formaba parte de una red de personas afines a Daesh y sus actividades habían sido detectadas por los servicios de información e inteligencia internacionales desde hace dos años. La colaboración del FBI estadounidense ha resultado fundamental en la identificación de su actividad presuntamente delictiva.