López Camps explicó a Servimedia que, por un lado, puede haber cadetes de otras confesiones a quienes no se puede obligar a asistir a un acto católico. Y que, por otro, "el Ejército tiene que defender a todos los españoles independientemente de su confesión" y, dado que "la sociedad ha cambiado y no todos somos católicos", quienes no lo son "también tienen derecho a identificar a este Ejército como su ejército, como el ejército que les puede defender y garantizar la seguridad nacional".

En este sentido, considera que el nuevo Reglamento de Honores Militares "ayuda a que no exista confusión" en la línea con lo que la Constitución prevé en relación a la libertad religiosa, garantiza la libertad de conciencia de los soldados que quieran asistir y de los que no" e "intenta resolver de un modo pedagógico" una tradición que "poco a poco se debería ir revisando" para que el Ejército, "que no deja de ser un elemento más de la estructura del Estado" respete la libertad de conciencia de los españoles.

Según el portavoz de esta corriente interna del PSOE, "toda tradición nace, se consolida y con el tiempo evoluciona", y "probablemente estamos asistiendo a una evolución de esta tradición. De tal modo que "lo que hay que hacer es ir explicando de forma pedagógica y acompañando al conjunto de esta sociedad de qué modo esta tradición puede ir evolucionando hacia unos horizontes más respetuosos ante la nueva realidad de la sociedad española".

López Camps insistió en la importancia de la "pedagogía, porque a lo largo del año en toda España habrá muchas situaciones parecidas" a la del Corpus Christi de Toledo, por lo que llamó a utilizar "la cabeza para pensar y no para embestir, como suele ocurrir en este país". A su juicio, la forma en que el Ministerio de Defensa ha enfocado la procesión toledana supone "ir dando pasos que pueden ayudar a hacer una reflexión más sosegada e ir resituando esta tradición".

"En relación a lo que se hacía antes, ha sido un paso positivo", elogió, "aunque lógicamente unos querrían más y otros querrían menos". Pero desde su punto de vista se enmarca en la "laicidad positiva que han de tener las instituciones del Estado", siempre en compañía de todos los actores afectados: el arzobispado de Toledo, el vicario general castrense, la sociedad, el Ejército y las instituciones gubernamentales que se ocupan de estos temas.

López Camps contestó a las dos asociaciones militares, la AME y la AUME, cuyas respectivas quejas de que el Gobierno va contra las tradiciones castrenses y de que la libertad religiosa debería regularse por ley orgánica considera que suponen "desenfocar el tema". A la AME le respondió que "hay que entender los contextos en que en su momento se hicieron" las tradiciones, y que ahora "tienen que evolucionar hacia las nuevas situaciones"; a la AUME, que "las leyes orgánicas son para unas cosas y el resto de normativas son para otras".