Este año, el desfile está marcado por el desafío independentista perpetrado por los responsables de la Generalitat de Cataluña y por el deseo del Ministerio de Defensa de convertirlo en una muestra de orgullo de sentirse español.

Hace apenas unas horas que el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, confirmó en un Pleno en el Parlament que asumía el “mandato” del pueblo catalán para que Cataluña fuese un Estado independiente, aunque acto seguido suspendió sus efectos para intentar emprender un diálogo con el Gobierno central que haga posible la secesión.

En este contexto, algunos ciudadanos mostraron hoy su indignación en las calles de Madrid gritando que Puigdemont debe ir “a prisión” por su comportamiento y expresaron, asimismo, su reconocimiento al rey Felipe VI, que preside este evento por cuarta vez desde que es jefe del Estado.

Por esta acción en el Parlament, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha enviado un requerimiento al mandatario catalán para que confirme si declaró o no la independencia, activando de esta forma el procedimiento legal previsto en el artículo 155 de la Carta Magna.

Pese a todo, en las calles de la capital se impuso un ambiente festivo entre los cientos de miles de ciudadanos que decidieron ver desfilar a los militares en compañía de sus familiares y amigos. Vítores a España, así como a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, acompañaron el recorrido.