El jefe del Estado hizo estas declaraciones en un mensaje por televisión lanzado a todo el país de forma extraordinaria apenas dos días después del referéndum ilegal de independencia celebrado el 1 de octubre en Cataluña pese a estar prohibido por el Tribunal Constitucional y el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.

El Monarca arremetió contra las autoridades políticas de Cataluña que en los últimos meses "han quebrantado los principios democráticos de todo el Estado de Derecho", que "de forma consciente y deliberada han venido incumpliendo" la Constitución y el Estatuto de Autonomía de Cataluña y que "han vulnerado de forma sistemática las normas" propias de la democracia.

Para Felipe VI, ese comportamiento constituye una "deslealtad inadmisible hacia los poderes del Estado" por parte del gobierno autonómico que encabeza Carles Puigdemont y demuestra una "conducta irresponsable" que, a su juicio, podría poner en riesgo la estabilidad política y económica de Cataluña y del conjunto de España.

Además, censuró el "inaceptable intento de apropiación de las instituciones" que están cometiendo los gobernantes de Cataluña y que les lleva a situarse "totalmente al margen del Derecho y la democracia". "Han pretendido quebrar la unidad de España y la soberanía nacional, que es el derecho de todos los españoles a decidir democráticamente su vida en común", apostilló.