Así reza en el comunicado remitido desde Ferraz al término de la reunión que Rajoy y Sánchez mantuvieron en La Moncloa durante más de una hora, y en la que el líder socialista mostró "la disposición del PSOE para contribuir a resolver la crisis institucional de Cataluña". El líder del PSOE pidió al jefe del Ejecutivo que "reestablezca el contacto" con la Generalitat, tras la celebración del 1-O.

Según dicho comunicado, en la cuarta reunión conocida entre ambos desde la reelección en mayo de Sánchez como líder del principal partido de la oposición, el secretario general trasladó “su rechazo a las cargas policiales que dejaron un balance de centenares de heridos”, como ya hiciera en su comparecencia pública en la noche del domingo.

“El Grupo Parlamentario Socialista exigirá explicaciones y responsabilidades al Gobierno en un formato y con un contenido que se concretará en las próximas horas” sobre esta actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

El líder del PSOE instó a Rajoy a “cumplir el compromiso de abrir una ronda de conversaciones con Unidos Podemos y el resto de fuerzas políticas con representación parlamentaria para abordar la crisis de Cataluña”. También “a emprender este diálogo con ambición y sin exclusiones abriéndolo a todas las formaciones y afrontándolo con una perspectiva que supere la dialéctica de bloques”.

CONTACTO INSTITUCIONAL

La crisis institucional en Cataluña y el desafío independentista ha mantenido en contacto continuo a ambos líderes políticos. De hecho, en la jornada de ayer, durante la consulta convocada por los independentistas, conversaron por teléfono y hubo un fluido contacto entre Moncloa y Ferraz.

Al término de la jornada del 1-O, Rajoy se mostró dispuesto al diálogo con todas las formaciones, petición que siempre realiza el PSOE, y Sánchez mantuvo la unidad con el Ejecutivo en defensa del Estado de Derecho y no reclamó, de momento, la dimisión del presidente, como sí hicieron otras formaciones y algunos dirigentes del propio PSOE.

El PSOE, desde el inicio de esta deriva, mantiene esta posición de “oposición de Estado” y de “responsabilidad institucional” y, por tanto, de apoyo en defensa de la legalidad y del Estado de Derecho “a pesar” del Gobierno, que ahora está en manos del Partido Popular.