Así sucede en localidades como Vilasar de Mar, al norte de Barcelona, donde desde las siete de la mañana ya hay al menos una sala con una mesa de votación, en la que se ha colocado una de las urnas semiopacas que la Generalitat presentó el viernes en la rueda de prensa que encabezó el vicepresidente, Oriol Junqueras.

Allí, como en otros muchos municipios y colegios de Cataluña, los vecinos llevan todo el fin de semana instalados en el centro educativo para evitar que sea cerrado por los Mossos d'Esquadra, quienes por ahora siguen sin ejecutar la orden del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña de impedir el referéndum.

En otro centro de Les Planes también tienen la urna de la Generalitat preparada desde unos minutos antes de las seis de la mañana. Ha llegado escondida en una bolsa de basura, según ha desvelado a través de las redes sociales una vecina.

En Riells i Viabrea la urna de la Generalitat llegaba casi las seis y media de la mañana y era recibida con júbilo por los ciudadanos que habían pasado la noche en el colegio celebrando actividades lúdicas para evitar que los Mossos cerraran el colegio.

Mientras tanto, el perfil oficial del referéndum de este 1 de octubre ha recomendado a los ciudadanos que no hagan publicidad de dónde están colocadas las urnas para "no dar pistas" a las fuerzas de seguridad y evitar que sean retiradas, tal y como ordenó el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña en un auto el miércoles por la tarde.