En la declaración, los madrileños se unen a los ciudadanos de Barcelona y Cambrils y comparten su “dolor y consternación”, además de enviar sus condolencias y “un abrazo fraterno” a los allegados de las víctimas y a todas las nacionalidades a las que pertenecían.

Madrid, acostumbrada a estos atentados, expresa su “voluntad de aportar su experiencia y colaboración” y advierte de que aunque “los asesinos han querido socavar nuestras libertades, no lo conseguirán” ni podrán “imponer sus proyectos totalitarios”, porque se encontrarán con un compromiso por la paz y los derechos humanos y una voluntad de “erradicar el odio que está en la base de la crueldad terrorista”.

Cada episodio de estas características “nos entristece, pero nos une y engrandece” con “testimonios que refuerzan a nuestra sociedad” , prosigue la declaración aprobada, que termina expresando su agradecimiento y reconocimiento a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, incluidas policías autonómicas y locales.