A Llamazares le parece un "debate melancólico" discutir sobre las fechas o incluso sobre unas "políticas de las que podemos opinar pero que no podemos variar".

Llamazares cree que la intención del Gobierno al elegir esas fechas es "coger a los ciudadanos distraídos del debate político", pero dada la gravedad de la situación se mostró convencido de que no lo conseguirá.

"Por mucho que el Gobierno busque fechas marginales y de 'agosticidad', el debate y la confrontación está servidos. En las condiciones actuales da igual que hagas el debate la primera, la segunda, la tercera semana de julio o en agosto", sentenció Llamazares.