Según informó esta ONG en un comunicado, “en un contexto de inseguridad extrema, en el que se acusa a las organizaciones humanitarias de colaborar con los grupos armados, se hace imposible nuestra intervención”.

La directora general de Acción contra el Hambre en Francia, Véronique Andrieux, señaló que “la ayuda ha de llegar a las víctimas sin poner en peligro la seguridad de los profesionales humanitarios. Es responsabilidad de los Estados crear las condiciones favorables que nos permitan llegar a quienes necesitan nuestra ayuda”.

“A día de hoy, nos vemos obligados a suspender nuestra intervención en la región de Maungdaw. Esta decisión forzada deja a más de 10 000 personas en situación de vulnerabilidad extrema, sin ningún tipo de ayuda humanitaria”, añadió.

Esta organización está presente en Myanmar desde 1994 apoyando a las personas en situación de inseguridad alimentaria y las necesidades humanitarias son particularmente importantes en el estado de Rakhine donde la atención se centra en prevenir y tratar la desnutrición aguda de los niños de menos de cinco años y de las mujeres embarazadas y lactantes; reducir el impacto de las catástrofes naturales en las comunidades que habitan en la costa y responder a las necesidades crónicas de la población.

Además, los programas de Acción contra el Hambre en Myanmar se dirigen a las comunidades rohingya y arakanaises, que viven en condiciones deplorables en el estado de Rakhine, así como a poblaciones que sufren pobreza extrema en el estado de Kayah.