Médicos sin Fronteras, Save the Children y Sea Eye han anunciado su decisión de cesar temporalmente sus labores de rescate en el Mediterráneo. Esta decisión la tomaron después de que un portavoz de la Marina de Libia comunicara la intención del Gobierno de Trípoli de ampliar su zona de control marítima más allá de los 22 kilómetros de sus aguas territoriales, impidiendo las labores de rescate humanitario.

A su vez, numerosas ONG han denunciado la actitud hostil de las patrulleras libias, que han llegado a disparar como advertencia contra barcos de rescate y contra buques de la Marina italiana. A su vez, Human Rights Watch ha denunciado que “las fuerzas libias recogen a los inmigrantes, los desembarcan por la fuerza y los llevan a Libia, donde son objeto de graves abusos, entre ellos tortura, violación y trabajos forzados”.

Ante esta situación, la senadora Sara Vilà justificó la comparecencia de Dastis argumentando que “no podemos permitir que se criminalice y persiga la actuación de las ONG, que han salvado miles de vidas en el Mediterráneo y que han dado la respuesta solidaria a la actual crisis humanitaria que los gobiernos de toda Europa no han sido capaces de dar”.