Caldera hizo estas declaraciones durante la presentación del informe que la Fundación Ideas ha realizado, en colaboración con cinco prestigiosos economistas internacionales, sobre la situación de los mercados financieros a nivel global.

Caldera afirmó que la potencial capacidad recaudatoria para España se derivaría de la aplicación de tres tributos diferentes: impuestos sobre plusvalías financieras a corto plazo (entre 180 y 1.980 millones de euros), impuestos sobre activos bancarios (entre 2.820 y 5.120 millones de euros), e impuestos sobre transacciones financieras (entre 1.600 y 6.300 millones de euros).

A su juicio, un sector financiero prácticamente sin regulación y no sujeto a tributación constituye una "anomalía" en las economías modernas.

Según explicó, los consumidores que compran cualquier tipo de bienes y servicios pagan impuestos indirectos sobre sus operaciones y, sin embargo, en los mercados financieros los agentes participantes pueden realizar transacciones de cualquier tamaño, sin estar sometidos a ningún tipo de tributación.

El estudio de la Fundación Ideas revela la existencia de un consenso generalizado sobre el "excesivo tamaño" que ha alcanzado el sector financiero en la economía global.

Según este informe, la mayor parte de este crecimiento se debe a operaciones especulativas a plazos extremadamente cortos, que son "escasamente productivas y que encierran un enorme potencial de distorsión sobre los mercados financieros y, por extensión, sobre los mercados reales".

Así, una de las principales conclusiones que se extraen del estudio sobre la aplicación de tasas financieras es que se trata de una cuestión que debería ser abordada en la próxima reunión del G-20, en la que España "debería liderar una iniciativa europea coordinada para lograr que, a corto plazo, se alcance un acuerdo para reformar la arquitectura financiera internacional".

Por otro lado, el análisis que hace la Fundación Ideas pone de manifiesto que los cambios necesarios en el sector financiero español pasan por una revisión de la regulación y por un ajuste en el número y tamaño de las entidades financieras existentes.

Además, el objetivo prioritario del sector financiero a corto plazo debería ser "recuperar la normalidad en el flujo de crédito al sector privado", y "consolidar su posición de liderazgo mundial y transformar su modelo de negocio" para hacer posible la economía sostenible en el período comprendido etre 2010 y 2025.

En este sentido, el informe apunta hacia un nuevo modelo productivo apoyado en una estrategia de especialización productiva en aquellos sectores que ofrezcan mayores oportunidades para la economía española, como son la construcción, el turismo y el transporte.