Jorge Martín es un joven malagueño que cumple una condena de 15 años por tráfico de estupefacientes en la cárcel cubana conocida como "La Condesa".

Su madre denuncia en el diario "Sur", según recoge Servimedia, que está sin medicinas, sin apenas alimentos y en unas condiciones de higiene deplorables.

De hecho, su madre comenta que el joven fue castigado hace poco con quince días de calabozo por ponerse una camiseta a favor de los derechos humanos. "No pude hablar con él y tuve que buscar a familiares de otros presos para que averiguasen lo que había pasado", indica, porque estuvo quince días en una celda húmeda y con un colchón en el suelo como única comodidad.

"Él dice que prefiere estar en el calabozo que seguir callándose y que va a luchar por sus derechos; me da miedo que pueda pasarle algo", reconoce.

El día de su juicio, asegura la progenitora, "su abogado de oficio habló con él cinco minutos antes de que el juez lo viese y el proceso no duró más de quince minutos".

El joven malagueño llegó a Cuba porque, según su madre, un antiguo jefe le había propuesto hacer un viaje a Santo Domingo. "Le dijo que tenía los billetes comprados de las vacaciones, pero que había discutido con su esposa y que no quería desperdiciarlos, así que le invitaba con todos los gastos pagados", afirma su progenitora.

Martín, según su familia, fue detenido por tráfico de estupefacientes en el aeropuerto de La Habana cuando encontraron cocaína en el bote del champú de su maleta. Él mantiene que fue su antiguo jefe el que lo puso allí y que le utilizó como tapadera para pasar una cantidad de droga mayor.