El perfil de la mujer que se somete a una interrupción voluntaria del embarazo (IVE) es el de una chica joven –unos 27 años- y de nacionalidad española. La forma más común para abortar es la farmacológica, opción elegida por el 73,1% de los casos estudiados.

En cuanto a la información recibida a la hora de abortar, el 51,6% recibieron consejo anticonceptivo el año previo a la IVE, mayoritariamente a través de la Atención a la Salud Sexual y Reproductiva, mientras que un 15,9% recibió el consejo directamente de su equipo de Atención Primaria.

Además, esta sociedad médica catalana informó de que el 32,2% de las pacientes que hicieron una interrupción voluntaria del embarazo no utilizaba ningún método anticonceptivo, mientras que el 45,6% utilizaba preservativo masculino –que se pudo romper- y un 25% anticonceptivos orales.

Esto supone un hecho alarmante para los médicos. “Nos ha sorprendido que un tercio de la población no utilice ninguna medida anticonceptiva", manifestó la doctora Francesca Aulet, socia de la citada sociedad médica y una de las autoras del estudio.

La Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria concluyó que “es necesaria una mayor implicación de la Atención Primaria en el abordaje de la salud sexual y reproductiva" y que se haga uso de las medidas anticonceptivas.