Este informe, encargado por Mastercard (patrocinador de la UEFA Champions League), concluye que el hecho de que la final se celebre en fin de semana, cuando hasta ahora se jugaba en miércoles, permitirá que la capital española obtenga unas ganancias mayores que su predecesora, Roma, en la que los hinchas dejaron 45 millones de euros.

También aumentan los ingresos generados por este acontecimiento en el resto del continente. Así, frente a los 75 millones de 2009, en esta ocasión las ganancias podrían alcanzar los 94,5 (sin incluir los 50 que se quedan Madrid).

Esta cifra, sumada a los 120 millones que se embolsará el campeón de la competición, los 17,5 millones que ingresará su ciudad (Milán o Munich) y los 70 que se quedará el club perdedor arrojan un resultado de 351,5 millones de euros, frente a 313 en 2009.

Además de jugarse en sábado, Chatwick considera que también ha favorecido a Madrid que no haya en la final equipos ingleses o españoles, los cuales han dominado esta competición en los últimos años.

“Esto aumenta la noción de incertidumbre y de equilibrio competitivo”, añadió el profesor, quien concluyó que “no tener equipo español o inglés es muy importante, porque la gente se cansa de que ganen siempre los mismos”.

En el caso concreto de los equipos británicos, se ha sumado además el problema de la nube volcánica, que podría haber afectado a la final si en ella hubieran participado equipos de la Premier League.

En 2009, la final de esta competición entre el Barcelona y el Manchester United alcanzó una audiencia televisiva de 109 millones de personas en el mundo, superando por primera vez a la Superbowl, la final del fútbol americano. Chatwick está seguro de que en esta ocasión se podrá superar esa cifra.