Según informó la Policía, los cuatro detenidos habrían obtenido un botín de al menos 50.000 euros. A la banda se la considera responsable de hurtos en Málaga, Sevilla, Córdoba y Cádiz, aunque se investiga su implicación en otros robos.

Los arrestados vigilaban a clientes de sucursales bancarias para sustraerles reintegros importantes mediante los procedimientos de "la mancha" y "el pinchazo".

El procedimiento de "la mancha" consiste en fingir que se limpia una suciedad en la ropa de la víctima para sustraerle la cartera. A su vez, el método del "pinchazo" implica agujerear una rueda del vehículo de la víctima para que esta se baje del mismo y aprovechar para sustraer algo en su interior.

Los integrantes del grupo desarticulado habían actuado con anterioridad en otros países de la Unión Europea. Tras contactar con la policía chilena -país de procedencia de los investigados-, los agentes constataron acciones de este grupo en Inglaterra, Suiza, Austria, Holanda, Suecia y Dinamarca.

Se desplazaban desde Chile a estos países aparentando ser turistas, elegían una provincia como sede de sus actividades delictivas y permanecían allí por espacio de unos tres meses, tiempo necesario para hacerse con un botín suficiente -que enviaban a familiares en Chile- y regresar a su país.