Según la investigación, el hecho de que pertenecer a una ONG ayuda a perfeccionar el idioma, implica a los inmigrantes en acciones de compromiso social y les facilita la interrelación con ciudadanos autóctonos.

Los inmigrantes voluntarios colaboran, en la mayoría de los casos, en ONG vinculadas, de algún modo, con el apoyo o la ayuda a este colectivo. Así, el perfil del voluntario inmigrante es una mujer cuya edad ronda los 25 años y que lleva más de cinco en España, y su principal motivación para hacer voluntariado es el altruismo y la ayuda a los demás, como objetivo prioritario. De otra parte, los problemas que destacan los inmigrantes a la hora de realizar tareas de voluntariado son la escasez de recursos económicos.

Además, el estudio concluye que el voluntariado permite al inmigrante adquirir un conocimiento básico de la sociedad de acogida, incluyendo el lenguaje, el alojamiento, la educación, la sanidad o los servicios sociales. Así, otra de las ventajas que para el inmigrante tiene el voluntariado es que a través de esta acción se desarrollan habilidades en aquellas personas que, por diversos motivos, han carecido de educación formal o la han tenido que interrumpir.

Las ONG de inmigrantes invierten continuamente en formación básica y también en específica, por eso los colectivos más desfavorecidos tienen acceso a actividades educativas complementarias.

Finalmente, el voluntariado, según recoge el texto, facilita al inmigrante la contratación en el mercado laboral, ya que puede aportar experiencia profesional informal, lo que tiene especial relevancia para los jóvenes extranjeros.