Esta ONG explicó que “son personas con trastornos de salud mental o conducta, problemas de movilidad, dificultades de comunicación u otras discapacidades asociadas a su discapacidad intelectual”.

En este sentido, indicó que son “personas invisibles de las que apenas se habla ni se tienen datos, y que se caracterizan por necesitar apoyos intensos en una gran parte de actividades que suponen el bienestar de cualquier persona”, como por ejemplo “el cuidado personal, la vida en el hogar y en la comunidad, las relaciones sociales, la educación, el ocio o el empleo”.

Por ello, durante el mes de junio, la campaña de sensibilización ‘#TodosSomosTodos’ de Plena Inclusión buscará “hacer visible la realidad de estas personas y la de sus familias, mostrar sus diferentes situaciones vitales y reivindicar el pleno ejercicio de sus derechos”, a través de cuatro jornadas en diferentes sitios de España y con la difusión de datos significativos de su estudio, reivindicaciones relacionadas con la situación de discriminación de estas personas y sus familias, y una serie de ‘historias de vida’ que relatan casos particulares.

Plena Inclusión viene orientando buena parte de su labor a estas personas desde que el año pasado lanzara un posicionamiento relacionado con sus derechos y su visibilidad, donde reconoce “la dignidad y el valor inherente de todos los seres humanos” y afirma que se ha instalado una importante brecha en el ejercicio efectivo de los derechos de estas personas.

Los datos de esta organización indican que la mayoría de estas personas (52,7%) vive en centros residenciales. Del resto, otra gran parte vive con familiares, tal y como revela el hecho de que las familias soportan un sobreesfuerzo económico de 47.129 euros anuales por el coste y la pérdida de oportunidades que ocasionan los cuidados de su familiar.